La inspiración para escribir este artículo vino con un pequeño empujoncito involuntario de la madre de Gastón Areco Bravo de 13 años e integrante del ciclo radial “Chicos en Movimiento” de la localidad de Rafaela que con su temprana edad ya se transformó en entrevistador con el grupo humorístico tucumano “QV4” y también en entrevistado con el periodista Oscar Demonte.
La musa vino en forma de mail enviado por Myriam Bravo (un pañuelo para la madre y el padre por supuesto Raúl Areco) a todos sus contactos conteniendo la entrevista que le hicieran a Gastón y eso bastó para darle curso a lo que quiero decir aquí en payasos trabajando.
Esto nos parece extraño porque por lo general se le impone al chico envés de dejarlo ser y guiarlo.
No subestimemos las necesidades y sueños de nuestros niños, prestémosle oído a lo que ellos dicen y le demos contención, comprensión y sobre todas las cosas amor, porque un niño amado es para el mundo un ser sin fisuras emocionales por lo tanto llevará ese amor que acunó en su niñez por todo su camino, entregándolo como una bendición a aquellos con los que le toque interactuar y no importará las barreras que deba atravesar en vida porque será un hombre feliz y con las herramientas necesarias (de saberse querido y util al mundo) para afrontarlas, solo porque recibió amor y fue incentivado en sus sueños de ser, lo cual podemos resumir en una frase del Poeta y dramaturgo alemán Johann Wolfgang Goethe “No podemos modelar a nuestros hijos según nuestros deseos, debemos estar con ellos y amarlos como Dios nos los ha entregado”.
No en vano Jesús dijo que para entrar en el Reino de los Cielos es necesario hacerse niño, en consecuencia, no ultrajemos esa inocencia, esa pureza que cargan en sus corazones con prejuicios caducos porque así estamos cercenando el camino de su plenitud y a su vez lo transformamos en egoístas que nada entregaran a la sociedad o comuna que pertenezcan.
Empecemos nosotros los adultos a hacernos cargo de lo que somos, así dejamos en el camino todo lo que cargaron sobre nuestro espíritu ahogando el verdadero llamado de nuestro interior, dejémoslo ir en perdón y en amor con aquellos que también fueron victima de la ignorancia de sus padres. El momento es ahora, en vida y a través de ella poder encontrar nuestro lugar en el cielo.
Escrito por : Marcelo “brujito hechizero" Nieto
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