Siempre es lindo escuchar música y cuando uno vuelve a las bases donde se forjaron los destinos del rock mas puro, aunque suene paradójico, es como sumergirse en un bálsamo que renueva y refresca nuestras sensaciones con este estilo musical.
Volvemos a aclarar que no estamos diciendo que sea mejor o peor que lo que se escucha hoy día en el orbe rockero, solo describimos sentimientos (al menos los de payasos trabajando) cuando nos reencontramos con la impronta y la pureza de un sonido sin tantas contaminaciones tecnológicas.
Jimi Hendrix fue uno de los músicos que mas resaltaron en la década donde el sexo y la experiencia con las drogas jugaron una alquímica y devastadora combinación que se llevó de este mundo a una camada importante de rockeros transformándolos en leyendas e ídolos indiscutidos.
Mas allá de sus virtudes como músicos, es curioso como se alborota una sociedad o una comunidad musical con conductas cuasi sonámbulas cuando se muere alguien que trasciende en este ámbito (si es trágicamente se remarca mas), permitiendo que las ventas de los discos del difunto artista se disparen en un segundo a lo mas alto de los ranking musicales, ¿será morbo? ¿Será carencias de conciencia que nos dejamos llevar por ese sentimiento de masas ávida del culto a la muerte? ¿Qué será? ¿Por qué ese raudo cambio de la pasividad a la actividad, que nos hace interesar con fruición por ese artista que cuando estaba vivo no sucedía? Muchas veces nos movemos por el impulso y no por el verdadero sentir interior, por eso es importante conocerse a si mismos, para no estar a la deriva de la paranoia y automatismo de las masas, misma alucinación que nos lleva a creer que una gripe nos matará.
Nos fuimos un poco del tema musical en si, volvemos a retomarlo pero para que sea la música misma quien se exprese, en esta oportunidad con la magia y la musas del zurdo Jimi Hendrix y concretemos este bautizo de goce puro… a refrescarse se dijo amigas y amigos.
Jimi Hendrix - Foxy Lady – 1970
Web oficial: http://www.jimi-hendrix.com/
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