Muchos son los rosarinos que se hicieron querer en distintas actividades, Fito Paez en la música, El “negro” Fontanarrosa en el dibujo y en la escritura, hasta Lionel Messi en el fútbol, pero el cariño y amor que despertó Alberto Olmedo en los Argentino fue inmenso, mas que inmenso, incalculable. A fuerza de carisma y de personajes íntimamente relacionados con la idiosincrasia de nuestro pueblo (por lo general, de la tan mentada viveza criolla, pero también con la inocencia de Capitán Piluso) nos llegó al corazón y la combustión de ese amor por medio de la risa.
Lo que sorprendía del “Negro” Olmedo, además de sus dotes como cómico, era la transmutación que lograba de aquel Alberto tímido y reservado que se pudo apreciar en las notas periodísticas que concedió, al “Olmedo” desfachatado, caradura, pícaro y de gestos 100% histriónicos. Ese cambio mágico que conseguía parecía también ser el hechizo que nos dejaba prendados al televisor sin pestañar, para no perdernos ni una ocurrencia, ni una mueca y ni siquiera un movimiento, porque todo formaba parte de una gran confabulación que servia de motor para generar ese humor que ha eternizado en la memoria de todos nosotros. Hasta podríamos decir que los argumentos y guiones quedaban obsoletos ante la simple presencia del “Negro” Olmedo, lo importante era verlo interaccionar en esa complicidad que tenia con su gente, con su publico, ante que cualquier otra cosa.
Y de la misma forma nos “encantaba” con la simplicidad que se mostraba cuando no estaba en la piel de sus personajes, (cuando dejaba de emanciparse de su verdadera personalidad que lo transformaba en el Gran cómico, en el monstruo de la comedia), y en esa pequeñez a la que se sumía, se apagaban las luces de los escenarios, se acallaban las risas y cesaban los aplausos para mostrarnos que el era uno mas de nosotros y que en la paz de su cotidianidad también había encanto.
En el programa de la productora Cuatro cabezas que regentea Mario Pergollini, llamado “El gen Argentino”, el negro llegó a la final, no fue el vencedor pero eso no importa, porque él mismo conforma el ADN de nuestra cultura y él mismo generó para ese ADN (argentinidad) su aporte en frases que aun hoy forman parte del día a día, como “éramos tan pobres”; “de acaaa”; “si no me tienen fe” entre otras.
Un 5 de marzo de 1988, hace 20 años, en Mar del Plata y de una manera trágica, fallecia Alberto Olmedo, incluso muriendo, el negro creó ese contrapunto que nos mostró en vida cuando estaba arriba del escenario y cuando no lo estaba como ya describí, porque era realmente inimaginable que alguien que desparramara risas por doquier a todo un pueblo, haya sido el mismo que hizo derramar lágrimas y entristecer a todos los Argentinos con la misma intensidad...... Negrito, siempre estarás en nuestros corazones.
Escrito por: Marcelo “brujito hechizero” Nieto
"¿Que quiero que quede de mí? Una estatua a mis manos en la calle Corrientes para que miren y digan: "Chau negro". Nada más" (Alberto Olmedo)
No toca boton: Alvarez y Borges
Parte Dos
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