viernes, 8 de febrero de 2008

Cuando la hipocresía toma ribetes ridículos

Amy Winehouse no podrá participar de la ceremonia de los Grammy que tendrá lugar en Los Angeles el próximo 10 de febrero porque la Embajada Americana le negó el visado.
La organización, que contaba con Amy como una de las estrellas de la gala, ha tenido que cancelar su actuación y trabaja con la idea de hacer una intervención vía satélite, la artista esta nominada a 6 premios Grammy.
El motivo que se alega para impedirle entrar a los Estados Unidos esta relacionado con el video de Amy que se hizo público, donde la Inglesa aparece consumiendo drogas. Allí es cuando la hipocresía se muestra en todo su esplendor en el pensamiento de los políticos y dirigentes del país del norte, donde se busca el mal fuera de sus fronteras y nunca frontera adentro. Mas sabiendo que el negocio del cannabis en E.E.U.U. supera en ganancias al del maíz y el trigo juntos (Incluso hasta podríamos llegar a dudar si Colombia o Bolivia son los máximos exponentes en ese rubro).
También pasó con Maradona que no se le permitió el ingreso en aquel país por sus problemas de consumo. A uno se le desprende una mueca socarrona al enterarse de estas cosas y mas sabiendo que desde la cultura de Hollywood, nos llegan miles de noticias hablando de lo sumergida que están sus estrellas en este tipo de hábitos.
Pero mas allá de mi observación (ya que cada uno es dueño de hacer con su vida lo que mas le plazca) es tratar de comprender quien es uno mismo, para no caer en este tipo de contradicciones en nuestra propia vida, recordemos que las personas son dueñas de ser como son y que el cambio esta en uno y no en el tratar de modificar al otro. Y si nos toca vivir determinadas situaciones en la vida es porque necesitamos aprender de esas experiencias, porque uno mismo las llama, porque somos lo que pensamos y emitimos y hasta que no descubramos nuestras propias sombras (no la del otro), pensaremos y emitiremos a través de ellas, por lo tanto nuestra vida caerá en desgracia. Si no eres sincero contigo mismo, de ninguna manera lo podrás ser con los que te rodean.
El ejemplo que mencioné al comienzo de este artículo sirve para que nos demos cuenta cuan ridículos podemos llegar a ser cuando no nos detenemos a ver nuestras indignidades y solo vemos las de los demás.
Artículo escrito por: Marcelo "brujito hechizero" Nieto

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