No pertenecemos a nada para poder contener el todo, pero al mismo tiempo nada nos pertenece, solo nos tenemos a nosotros mismos y hemos venido a este mundo a comprender que no necesitamos de líderes o personas que nos digan que somos o que camino es el pertinente para seguir.
Estamos en este plano físico para averiguar el propio camino y ese trayecto no te lo puede indicar nadie (por eso es de ignorantes juzgar al prójimo), solo uno con el ejercicio permanente de conocerse a sí mismo, amándose, comprendiéndose al dar con su lado oscuro, esa parte de nosotros que socaba todo intento noble y digno de nuestra parte luminosa.
El inconveniente no pasa por ser egoístas, lujuriosos, envidiosos, despreciativos etc., el verdadero problema está en no reconocer esos aspectos sombríos de nuestras mentes e intelecto, que ocultamos por los dictámenes sociales de lo que es bueno-malo y de lo que “debería ser” envés del “Ser Verdaderos”, auténticos.
Si seguimos o nos dejamos influenciar por el pensamiento de otros o buscamos a líderes que nos digan cómo debemos comportarnos, entonces, hemos despreciado la chispa divina que con una paciencia infinita espera por nosotros para ese reencuentro que nos dará acceso al destino trazado desde lo alto, y con él, nuestro verdadero lugar en el mundo, un sitio destinado solo para uno, que no le pertenece a aquel, ni a este, ni a los otros, solo a ti. Por lo tanto nadie lo puede ocupar.
Ni dogmas, ni doctrinas, ni filósofos, ni pensadores, ni los libros, ni la religión, tampoco la política son los que podrán enseñarte tu verdadera tarea en el planeta, éste lugar que nos contiene a todos por igual y que el sistema que lo rige ha puesto patas para arriba dividiéndonos y obligándonos a formar parte “de” en esa lucha de intereses egoístas de unos pocos.
A pesar de todas las revoluciones, sistemas políticos, guerras, viajes interplanetarios o las millonésimas de veces que se dividió la material, la humanidad sigue igual o peor que antes, somos tan ignorantes… y con ese “sin saber” vamos instruyendo a los otros como ciegos guiando a ciegos, incapaces de ver lo propio y queriendo sojuzgar lo ajeno. Una verdadera idiotez.
Ingresando en el camino del autoconocimiento iniciaremos el regreso a nuestro hogar, donde el alimento y el abrigo del alma serán el bálsamo con el que nos libraremos de nuestro dolor, angustia y desazón.
Lo maravilloso de todo esto es que depende de uno (no de otros) el acceder al estado de plenitud que vive en la ígnea emancipación del alma que trasciende éste cínico plano físico. Ella siempre nos susurra, nos habla e indica el sendero que el Universo dibujó para que cada uno de nosotros seamos felices con lo que somos.
De: Brujito Hechizero
Tool – “Pushit” subtitulado en español
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