domingo, 22 de mayo de 2011

Allanando el camino para llegar a la verdadera libertad del ser

¿Y si todo lo que nos contaron e incluso lo que pensamos es una mentira?
¿Cuantas de las frases a las que nos aferramos realmente nos las creemos? ¿Somos capaces de transitar el camino que decimos creer de esas ideas o pensamientos? ¿Cuántas de ellas han linealizado nuestras vidas y pensamientos como si fueran chips que programan un encarcelamiento autoinfligido y consentido para poder sostener un dogma que se cae sistemáticamente aunque no lo queramos ver?

Ni hablar de esas máximas implantadas por las sociedades e intelectuales que entumecen nuestra existencia, ahogándonos hasta el sometimiento y perdiendo de esa forma la libertad de nuestras almas.

Claro que ésta invasión de ideas que sistematizan el existir programando nuestro devenir en función de intereses ajenos coexisten en el vivir diario de cada una de las individualidades porque uno mismo lo ha permitido. Todo lo que está manifiesto en este mundo, está aquí y es como es, por responsabilidades del ser humano que lo habita, sea por acción u omisión.

Es una cuestión de inmensa humildad reconocer que lo que teníamos por cierto, seguro e inamovible es en realidad una ilusión, un prejuicio y un velo que nos mantiene ciego a la gran verdad.
La gran verdad no es algo que alguien te cuenta o que se lee, es algo que uno descubre porque lo atravesó sin mediar el intelectualismo, simplemente se sabe. Hay que salir de la pasividad que generan las creencias y estar dispuesto a reconocer lo pequeño e ignorante que es uno para llegar al entendimiento profundo de las cosas.

Intelectualismo y dogmas (religiosos, políticos, espirituales, educacionales etc.) tienen muchas más fisuras y debilidades que lo que las sociedades creen, principalmente porque se sustenta por el ego, son como un hierro frió que se apoya en nuestras costillas creando ansiedad y angustia. Les falta el calor perenne del corazón y del amor.

Quien tiene un líder a seguir indefectiblemente carga sobre sí el destino de aquel y no el propio. Lo cual es un error que va en contra del alma que mora en ese cuerpo convirtiéndonos en dependientes de las circunstancias y las personas.
¿Quién nos guiará? La estrella que espera de nosotros que tengamos la intención de viajar al reino en el que habita y que hemos olvidado en las profundidades del alma.


Conócete a ti mismo y libérate de todo lo que te han contado como cierto e irrefutable para poder finalmente volar con los pies bien puestos en la tierra.

Aquí pueden ver y escuchar el video de la banda A Perfect Circle de la canción Judith donde su cantante Maynard James Keenan derrumba las creencias y dogmas para que meditemos nosotros los que hacemos “Nieto Ni Lo Otro...” y ustedes los amigos que nos visitan diariamente.

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