lunes, 12 de noviembre de 2012

Somos libres, no tenemos bandera, ni religión, solo nuestro corazón en sintonía con el Pleroma

Para “ser” no nos hace falta mas que nosotros mismos, este cuerpo que cargamos no lo poseemos para rendirle tributo sino para cumplir nuestra misión Divina otorgada desde lo alto, solo se nos pide la voluntad de ponernos en la tarea de descubrirla, cultivando nuestro mundo interior y nunca nuestro aspecto físico.

Cuando comenzamos a dejarnos influenciar por pensamientos y doctrinas, es decir, por dogmas religiosos, políticos, filosóficos o lo que fuera, estamos negando nuestra divinidad y la relación con ella para seguir a otro ser humano que es más o igual de ignorante que uno, que nos usa para su propio fin, el de encontrar gente dispuesta a pelear por ellos bajo ideales de amor, paz, libre pensar etc., pero en realidad, tejen intereses que lejos están de ser altruistas.

¿No creen que si fueran importantes los símbolos patrios, políticos y religiosos  Dios nos habría traído a este planeta con una de esas marcas?

El hálito del creador, su sello, se encuentra en nuestra alma y ella no posee fronteras, ni restricciones y mucho menos pertenece a países o a otro ser humano, porque la verdadera tarea que tenemos en este plano físico es la de manifestarla con libertad y humildad para que la energía del amor (que no le pertenece al intelecto) tome nuestras vidas y con él la función de servir a nuestro prójimo.

¿A quien creen que le debemos la existencia, a Dios o a otro ser humano? Se preguntaba Edward Bach, el inglés que redescubrió la manera de extrae la energía de las flores para una función curativa.

No tenemos que dejar que el deseo de otra persona se interponga en el camino trazado para uno mismo, aunque el mundo patas para arriba nos empuje constantemente a hacernos caer en inclinación ante los intereses de otros, el dinero y la materialidad, olvidando el propio compromiso que tenemos con el creador.

Cada uno de nosotros somos maravillosos y únicos, por lo tanto, hay que pensar por uno mismo, cuestionando la autoridad en todas sus formas.

“La desobediencia es el verdadero fundamento de la libertad. Los obedientes deben ser esclavos” dijo Henry David Thoreau. 

Somos más importantes que un partido político o una religión, Mahatma Gandhi dijo: ¿Qué es la verdad? Pregunta difícil, pero la he resuelto en lo que a mí concierne diciendo que es lo que te dice tu voz interior”. 

Entonces pongámonos en la tarea de traer un poco de cielo a este mundo ilusorio escuchando el susurro de nuestra voz interior.

En el conocerse y amarse a uno mismo está el verdadero cambio de la humanidad, para transmutar todo este plomizo sistema que rige al mundo en el oro del AMOR.

El momento es ahora, en este sagrado presente que es la vida porque es a través de ella que conseguiremos el cielo y no al morir.
Tool - Parabol/Parabola (Subtitulos Inglés-Español) 

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