miércoles, 17 de octubre de 2007

El resplandor Da Vinci

Cuando piensa usted en Leonardo Da Vinci, probablemente piense en la Mona Lisa o los submarinos del siglo XVI o, quizá, en una cierta novela de suspense. Todo eso es de la vieja escuela. Desde ahora, piense en la Luna. Poco conocido para la mayoría, uno de los mejores trabajos de Leonardo no es un cuadro o un invento, sino algo más relacionado con la astronomía; Él resolvió el enigma del brillo de la Tierra. Se puede ver el brillo de la Tierra cuando hay luna creciente en el horizonte al ponerse el sol. Busque entre los cuernos del creciente una imagen fantasmal de la luna llena. Eso es el brillo de la Tierra. Durante miles de años, los humanos se han maravillado de la belleza de este 'resplandor ceniciento', o 'la luna vieja en los brazos de la luna nueva'. Pero ¿qué era?. Nadie lo sabía hasta el siglo XVI cuando Leonardo lo resolvió. En 2005, después del Apolo, la respuesta puede parecer obvia. Cuando el sol se pone en la Luna, ésta se oscurece – pero no completamente. Hay todavía una fuente de luz en el cielo: la Tierra. Nuestro propio planeta ilumina la noche lunar con un brillo 50 veces mayor que una luna llena, produciendo el resplandor ceniciento. Visualizar esto en los años 1500 requería una imaginación desbordante. Nadie había estado nunca en la Luna y mirado 'hacia' la Tierra. La mayoría de la gente ni siquiera sabían que la Tierra orbitaba el Sol. (La teoría heliocéntrica de Copérnico no fue publicada hasta 1543, veinticuatro años después de la muerte de Leonardo). Imaginación desbordante era una cosa que Leonardo tenía en abundancia.
En el Códice Leicester de Leonardo, de alrededor de 1510, hay una página titulada 'Sobre la Luna: Ningún cuerpo sólido es más ligero que el aire'. Él declara su creencia de que la Luna tiene una atmósfera y océanos. La Luna era un excelente reflector de la luz, creía Leonardo, ya que estaba cubierta con mucha agua. En cuanto al 'resplandor fantasmal', explicó, es debido a la luz del sol rebotando en los océanos de la Tierra y, a su vez, golpeando la Luna. Él estaba equivocado sobre dos cosas: La primera, la Luna no tiene océanos. Cuando los astronautas del Apolo 11 aterrizaron en el Mar de la Tranquilidad, caminaron sobre roca. Los 'mares' lunares están hechos de antigua lava endurecida, no de agua. Lo segundo, los océanos de la Tierra no son el origen principal del brillo terrestre. La Tierra brilla por que refleja la luz solar, y las nubes reflejan la mayor parte. Cuando los astronautas del Apolo miraron a la Tierra, los océanos estaban oscuros y las nubes eran brillantes. Pero esto son minucias. Leonardo comprendió lo básico bastante bien.
Artículo sacado de: http://ciencia.astroseti.org/nasa/articulo_2808_el_resplandor_vinci.htm
Foto del artículo: Una luna creciente con Brillo Terrestre sobre el Parque Nacional de Yosemite en Octubre de 2004.

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