Era sentir el fuego que se encendía para arder vivo en el nacimiento de otras formas que abrazaban lo intensamente inesperado.
En “Whole Lotta Love”, la composición tiene per se esos ingredientes que en la versión en vivo del legendario concierto en el The Royal Albert Hall de 1970 se multiplican con el magnético resonar percutivo tribal de Bonzo.
Hipnótico y lisérgico se retransfieren los sonidos experimentales de Zeppelin en el escenario que hacían de cada concierto un viaje de eternidad a través de la imaginación.
El arte, esa facultad de transformarse en los distintos ámbitos de gestación y manifestación más allá de sí mismo, porque al dársele vida, éste crece a través de las sensaciones y sentires de quienes tienen contacto con lo que el artista liberó.
Eso es arte, cuando su numen se hace ubicuo perdiendo así su temporalidad.
Por eso, lo creado trasciende al artista, y por ello, como nosotros, seguimos derramando razones más allá de su tiempo.
Como los misterios de la Luna Llena lo hace con la humanidad desde que el Hombre empezó a caminar en este planeta.
Led Zeppelin - “Whole Lotta Love” en el The Royal Albert Hall (1970)
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