Un concierto de Foo Fighters es realmente alegre, intenso y reconfortante, es la emoción de estar haciendo lo que se siente que brilla arriba de un escenario de la banda de Dave Grohl, imagínense lo que es entonces si el recuerdo de un amigo, en la perdida de éste, completa el panorama del ejercicio de un tributo.
Un homenaje sentido a Taylor Hawkins, pero no de las emociones bajas, sino desde la alegría de haber compartido tiempo con aquel ser que hoy no está físicamente entre nosotros.
Shane Hawkins, hijo de Taylor de 16 años, fue uno de los innumerables músicos que hicieron de este tributo, un momento mágico.
Fue para interpretar “My Hero”, una de las canciones más intensas de Foo Fighters en cuanto a la expresividad. Expresión que Shane muestra en el ímpetu de su juventud y en la precisión de un artista.
Un homenaje a la altura del concierto tributo a Freddie Mercury en Wembley en 1992…
Foo Fighters – “My Hero” con Shane Hawkins en batería
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