La vida sobrepasa a la muerte, la muerte es la vida y todo ello una gran ilusión. El día que nos demos cuenta del misterio que subyace en esta experiencia cíclica de opuestos, la eternidad que acobija nuestro corazón alimentará la realidad con el amor del que está hecho todo lo que existe, donde las cosas dejan de expirar para dar lugar a la alquimia perene del halito que nos sostiene hasta poder Ser Espíritu.
La muerte, la vida, son parte de los contrapuntos que se ven en todo lo que vivimos en este pobre plano dimensional, sirven para llegar a comprender y sentir, algún día, en el pecho el Cosmos del que estamos hechos.
Contrapuntos para evolucionar hasta ser Uno, solo Uno con ellos.
Algunos creen ridículo esto. Es el peso del sopor, de la ignorancia del intelecto que oprime a la sabiduría y no nos deja volar.
Nos somete a creer, a contemplar esto como verdadero, cuando en realidad, es nada más que un sueño que soñamos para aprender a despertar.
Como en la música con el silencio y el ruido (lo por manifestar), el silencio ayuda a los sonidos nacer, el silencio para que suene lo que deba sonar, el silencio es la oportunidad para emanciparse, las antípodas que nos ayudan a contemplar la música. La música que es Cosmos. Alegoría del Arte de vivir.
Los opuestos en realidad se dan la mano, el odio y el amor, arriba y abajo, la vida y la muerte, la luz y la sombra, el Ser y no Ser, el silencio y el sonido, toda esta danzante experiencia de contrapuntos que nos atraviesan están para que aprendamos a trascenderlos, para estar más allá del bien y el mal.
¡Para SER en este suspiro en la Eternidad!
De: Brujito Hechizero
“El silencio, el vacío, el espacio, la soledad, que lienzos perfectos para el Alma”. (Brujito Hechizero)
The Gathering – “Mandylion” instrumental
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