La frescura de los inicios de la banda se confunde con la sapiencia de la química en vivo que enciende una llama, un fuego que prende intenso y arcano.
Son 20 minutos interpretando la canción que cierra aquel maravilloso primer disco de los británicos en donde la épica del sentido del tiempo y el momento generan un misterio que se pronuncia mántrico en vivo, a flor de piel, escalando y bajando, estirando y rompiendo el sonido que abraza los silencios permitiendo la magia de los Brujos que sienten con el corazón, lo que hacen e imaginan.
Tiempos donde la música era un verdadero ritual sagrado, prístino en el sentido tribal de la búsqueda de lo divino (sin connotación religiosa).
Una sinergia de la que emanaba las oportunidades, y Led zeppelin en vivo, las transitó a todas en sus viajes épicos…
Led Zeppelin - “How Many More Times” en el The Royal Albert Hall (1970)
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