Layne Staley ha marcado una hondonada huella donde la catarsis de la oscuridad de su psiquis (provocada por las drogas) hizo luz en su canto y trova, intentando liberarse de ello, expulsándolo en cada verso y canción con encantadora pesadumbres.
No fue suficiente el arte sonoro para redimirlo de su dolor, las cadenas no pertenecían a Alicia sino al espíritu de Layne.
Mucho hablan que los ochentas era una década de alegría y fiesta, nosotros espetamos en la redacción de “Nieto Ni Lo Otro…” que fueron 10 años de apariencia, la depresión subyacía debajo de la pintura, el spray y el deseo de participar de una gran celebración, mientras más grande mejor para cubrir el dolor.
Los noventas redimieron ese sufrimiento con la gran explosión creativa que expresaba sin tapujos las depresiones que heredaba la, en ese entonces, nueva generación artística, que algunos, como Staley, no pudieron sobrellevar pero que dejaron un legado que liberó o al menos ayudó a que todo lo que permanecía en la oscuridad sea dado a luz en el grito, en canto y música, de la sombría existencia de los espíritus.
Alice In Chains – “Love, Hate, Love” live
Alice In Chains – “Angry Chair” en MTV Unplugged
Web oficial: https://www.aliceinchains.com/
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