Una noche bella y con una fresca brisa que parecía amontonarnos en armonía a todos los que salimos a divertirnos o a disfrutarla, fue el precedente que cortejó a los seguidores de Divididos al acercarse a la Vieja Usina en la noche de ayer para vivir y ser testigos nuevamente de la energía, la fuerza y la entrega de estos veteranos del rock nacional.
El show de la aplanadora del rock comenzó con la primer canción del disco “La era de la boludez”, es decir, con “Salir a asustar” y el epílogo vino con “Basta fuerte” del difícil de asimilar “Otro le travaladna”. En medio de estos dos temas se pudo percibir un repertorio ya conocido (a excepción de las 3 nuevas composiciones que adelantó la banda de su inminente nuevo álbum) pero con una impronta refrescante que hizo de esa noche, una noche especial.
Las canciones sin orden cronológico (ya tenemos en payasos trabajando al rey de la crónica Fabián “jopito” Herrera) pero que en esta oportunidad no altera el resultado final porque el recital brindado por Mollo, Arnedo y Catriel fue muy homogéneo en sus fluctuantes ritmos y hasta espontáneo modo de tocar los clásicos de siempre: “Tomando mate en la paz”; la épica “El arriero”; “Rasputin/Hey Jude”; “Paisano de Hurlingham”; “Cielito lindo”; “El 38”; “Sábado”; una muy novedosa versión de “Ala delta”; “Nene de antes”.
En medio del show hicieron un pequeño set semi-acústico donde los conductores de esta aplanadora, Mollo y Arnedo, procedieron a ponerse cómodos en sus respectivas sillas y desgranar apaciblemente “Spaghetti del rock”; “Como un cuento” y “Brillo triste de un canchero”.
Obviamente también estuvieron los covers a lo que nos tiene acostumbrados y en cuanto a los tres temas nuevos, se pudo divisar un sonido bien rockero y crudo que según este integrante de payasos trabajando, parece revivir la resonancia de antaño cuando no estaba contaminada con la tecnología y la improvisación ocupaba un lugar importante en la creación, esa improvisación estuvo latente anoche en Divididos.
Si tuviera que describir las emociones que se vivieron en la noche de ayer en la Vieja Usina, lo haría con esta alegoría: Imagínense ir en un automóvil con un gran motor que al encenderse es difícil no darnos cuenta de su potencia (todo vibra), su fuerza la conocemos a través de la velocidad que logra y la adrenalina sube rápidamente en el viajero que se embarca en esta travesía, esta emocionado y eufórico pero en determinado momento el coche toma una calle en pendiente y el conductor decide apagar el motor y dejarse llevar, ciertamente la fuerza y la velocidad se encuentran en ese momento pero parece tomar una postura pasiva que no evita que el viajero sienta ese entusiasmo por el periplo.
Así fue anoche, Divididos el coche de gran motor conducido por la simbiosis Mollo – Arnedo y nosotros el público, los felices pasajeros estimulados por los distintos caminos sonoros a los que la aplanadora del rock, aún cuando la fuerza toma una pausa, nos transportó para que quede claro que todavía hay combustible para seguir surcando los destinos del rock vernáculo.
Artículo escrito por: Marcelo “brujito hechizero" Nieto
DIVIDIDOS interpretando el tema “Sister” del disco Acariciando lo aspero
DIVIDIDOS - Mañana en el Abasto (Cover de Sumo)
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