Esa orfandad en la que nos dejó, no detenta demanda alguna, al menos en “Nieto Ni Lo Otro…”, porque comprendemos el juego mental al que nos sometió el sistema en este tiempo.
Si lo extrañamos y lo esperamos con alegría porque como artista ha dado con dignidad infinita, a todos los que disfrutamos de su voz y su música, la nobleza de su sentir y las maravillas de su esplendor...
En el silencio, la pausa, también hay música.
Mike Patton existe, ergo, nada está perdido.
Peeping Tom - “Mojo” en Conan O'Brien (2006)
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